terça-feira, 6 de agosto de 2013

El Gurú Verdadero

Texto selecionado pelo irmão Lúcio Sans para estudo em Loja realizado em Loja em 06.08.2013

Interlocutor: Usted estuvo diciendo el otro día que en la raíz de su realización estuvo la confianza en su Gurú. Él le aseguró que usted era ya la Realidad Absoluta y que no había nada más que hacer. Usted confió en él y lo dejo así, sin resistencia, sin esfuerzo. Ahora, mi pregunta es: sin la confianza en su Gurú, ¿se habría usted realizado? Después de todo, lo que usted es, usted lo es, ya sea que su mente confíe o no; ¿obstruye la duda la acción de las palabras del Gurú y las hace inoperantes?

Mah: Usted lo ha dicho —habrían sido hechas inoperantes— durante un tiempo.

Int: ¿Y que le acontecería a la energía, o al poder de las palabras del Gurú?

Mah: Permanecería latente, no manifestado. Pero toda esta cuestión se basa en un malentendido. El maestro, el discípulo, el amor y la confianza entre ellos, todo esto es un único hecho, no son muchos hechos independientes. Cada uno es una parte del otro. Sin amor y confianza no habría habido ningún Gurú ni ningún discípulo, ni ninguna relación entre ellos. Es como dar a la llave de la luz para encender una bombilla. Se debe a que la bombilla, el cable, la llave, el transformador, las líneas de transmisión y la central eléctrica forman un único todo, por lo que usted puede tener luz. Si faltara alguno de estos factores no habría ninguna luz. Usted no debe separar lo inseparable. Las palabras no crean hechos; o bien los describen o los distorsionan. El hecho es siempre no verbal.

Int: Todavía no comprendo; ¿puede la palabra del Gurú quedarse sin cumplir o invariablemente se probará verdadera?

Mah: Las palabras de un hombre realizado nunca fallan su propósito. Esperan el advenimiento de las condiciones adecuadas, lo cual puede tomar algún tiempo, y esto es natural, pues hay una estación para sembrar y otra estación para cosechar. Pero la palabra de un Gurú es una semilla que no puede perecer. Por supuesto, el Gurú debe ser un Gurú real, que es más allá del cuerpo y de la mente, más allá de la consciencia misma, más allá del espacio y del tiempo, más allá de la dualidad y de la unidad, más allá de la comprensión y de la descripción. Las gentes buenas, que han leído mucho y que tienen mucho que decir, pueden enseñarle a usted muchas cosas útiles, pero no son Gurús reales cuyas palabras invariablemente se realizan. Ellos también pueden decirle a usted que usted es la realidad última misma, ¿pero y qué con eso?

Int: No obstante, si por alguna razón acontece que confió en ellos y los obedezco, ¿seré yo el perdedor?

Mah: Si usted es capaz de confiar y de obedecer, usted encontrará pronto su Gurú real, o, más bien, él le encontrará a usted.

Int: ¿Todo conocedor del Sí mismo deviene un Gurú o puede uno ser un conocedor de la Realidad sin ser capaz de llevar a otros a ella?

Mah: Si usted sabe lo que usted enseña, usted puede enseñar lo que usted sabe. Aquí la visión y la maestría son uno. Pero la Realidad Absoluta es más allá de ambos. Los Gurús autoproclamados hablan de madurez y de esfuerzo, de méritos y de logros, de destino y de gracia; todo esto son meras formaciones mentales, proyecciones de una mente adicta. En lugar de ayudar obstruyen.

Int: ¿Cómo puedo distinguir a quién seguir y de quién desconfiar?

Mah: Desconfíe de todo, hasta que usted esté convencido. El Gurú verdadero nunca le humillará, ni le hará a usted un extraño para usted mismo. Constantemente le hará regresar al hecho de su perfección inherente y le alentará a buscar dentro. Él sabe que usted no necesita nada, ni siquiera a él, y nunca se cansa de recordárselo. Pero el Gurú autoproclamado está más interesado en él mismo que en sus discípulos.

Int: Usted ha dicho que la realidad está más allá del conocimiento y de la enseñanza de lo real. ¿No es el conocimiento de la realidad lo supremo mismo y la enseñanza la prueba de su obtención?

Mah: El conocimiento de lo real, o del sí mismo, es un estado de mente. Enseñar a otro es un movimiento en la dualidad. Ambos conciernen solo a la mente; el guna sattva no deja de ser un guna.

Int: ¿Qué es lo real entonces?

Mah: El que conoce la mente como no realizada y realizada, él que conoce la ignorancia y el conocimiento como estados de la mente, él es lo real. Cuando a usted se le dan diamantes mezclados con grava, usted puede no ver los diamantes o puede verlos. Es la visión lo que importa. ¿Dónde está la opacidad de la grava y la belleza del diamante, sin el poder de ver? Lo conocido es solo una forma y el conocimiento es solo un nombre. El conocedor es solo un estado de la mente. Lo real es más allá.

Int: Ciertamente, el conocimiento objetivo y de las ideas de las cosas y el conocimiento de sí mismo no son una y la misma cosa. Uno necesita un cerebro, el otro no.

Mah: Para el propósito de la discusión usted puede ordenar las palabras y darles un significado, pero permanece el hecho de que todo conocimiento es una forma de ignorancia. El mapa más seguro es, no obstante, solo un papel. Todo conocimiento está en la memoria; es solo reconocimiento, mientras que la realidad es más allá de la dualidad del conocedor y lo conocido.

Int: ¿Entonces por qué o por quién es conocida la realidad?

Mah: ¡Cuánto confunde su lenguaje! Usted asume, inconscientemente, que la realidad también es accesible por medio del conocimiento. ¡Y entonces usted introduce un conocedor de la realidad más allá de la realidad! Comprenda que para ser la realidad no necesita ser conocida. La ignorancia y el conocimiento están en la mente, no en lo real.

Int: Si no hay ninguna cosa tal como el conocimiento de lo real, ¿entonces cómo puedo alcanzarlo?

Mah: Usted no necesita alcanzar lo que está ya con usted. Su mismo querer alcanzarlo hace que usted lo pierda. Abandone la idea de que usted no lo ha encontrado y deje que venga al foco de la percepción directa, aquí y ahora, eliminando todo lo que es de la mente.

Int: Cuando todo lo que puede irse, se va, ¿qué queda?       

Mah: Queda la vacuidad, queda la presenciación, queda la luz pura del ser consciente. Es como preguntar qué queda de una habitación cuando se quita todo el mueblario. Queda una habitación sumamente disponible. Y cuando se echan abajo incluso las paredes, queda el espacio. Más allá del espacio y del tiempo es el aquí y el ahora de la realidad.

Int: ¿Queda el presenciador?

Mah: Mientras hay consciencia, su presenciador está también aquí. Los dos aparecen y desaparecen juntos.

Int: Si el presenciador también es transitorio, ¿por qué se le da tanta importancia?

Mah: Solo para romper el hechizo de lo conocido, la ilusión de que solo lo perceptible es real.

Int: La percepción es primaria, el presenciador —secundario.

Mah: Esto es el corazón del asunto. Mientras que usted cree que solo el mundo exterior es real, usted permanece su esclavo. Para devenir libre, su atención debe ser llevada al «yo soy», al presenciador. Por supuesto, el conocedor y lo conocido son uno, no dos, pero para romper el hechizo de lo conocido el conocedor debe ser llevado a la primera línea. Ninguno de ambos es primario, ambos son reflejos en la memoria de la experiencia inefable, siempre nueva y siempre ahora, indescriptible, más veloz que la mente.

Int: Señor, yo soy un humilde buscador, errante de Gurú en Gurú en busca de alivio. Mi mente está enferma, ardiendo de deseo, congelada de miedo. Mis días pasan velozmente, encendidos de dolor, grises de tedio. Mi edad avanza, mi salud declina, mi futuro es obscuro y me asusta. A este paso viviré en la aflicción y moriré en la desesperación. ¿Hay alguna esperanza para mí? ¿O he venido demasiado tarde?

Mah: No hay nada malo en usted, pero las ideas que usted tiene de usted mismo son enteramente erróneas. No es usted quien desea, teme y sufre, sino la persona construida sobre el cimiento de su cuerpo por las circunstancias y las influencias. Usted no es esa persona. Esto debe establecerse claramente en su mente y nunca debe ser perdido de vista. Normalmente, necesita una prolongada sadhana, años de austeridades y de meditación.

Int: Mi mente es débil y vacilante. Yo no tengo la fuerza ni la tenacidad para la sadhana. Mi caso es desesperado.

Mah: En un sentido el suyo es un caso sumamente esperanzador. Hay una alternativa a la sadhana, que es la confianza. Si usted no puede tener la convicción nacida de una fructífera investigación, entonces aprovéchese de mi descubrimiento, que yo estoy tan deseoso de compartir con usted. Yo puedo ver con la claridad más extrema que usted nunca ha estado, ni está, ni estará alejado de la realidad, que usted es la plenitud de la perfección aquí y ahora y que nada puede privarle a usted de su herencia, de lo que usted es. Usted no es de ninguna manera diferente de mí, solo que usted no lo sabe. Usted no sabe lo que usted es y, por lo tanto, usted se imagina que usted es lo que usted no es. De aquí los deseos y miedos y la abrumadora desesperación. Y toda esa insensata actividad para poder escapar.

Simplemente confíe en mí y viva confiando en mí. Yo no le extraviaré. Usted es la Realidad Suprema más allá del mundo y de su creador, más allá de la consciencia y de su presenciador, más allá de todas las afirmaciones y negaciones. Recuérdelo, piense en ello, actúe de acuerdo con ello. Abandone todo sentido de separación, véase a usted mismo en todo y actúe acordemente. Con la acción vendrá la dicha y, con la dicha, la convicción. Después de todo, usted duda de usted mismo debido a que usted está en la aflicción. La felicidad natural, espontánea y duradera no puede ser imaginada. O bien está aquí, o no está. Una vez que usted comienza a experimentar la paz, el amor y la felicidad que no necesitan de ninguna causa exterior, todas sus dudas se disolverán. Solo aférrese fuertemente a lo que le digo y viva de acuerdo con ello.

Int: ¿Me está usted diciendo que viva por el recuerdo?

Mah: Usted está viviendo por el recuerdo de todos modos. Solamente le estoy pidiendo que reemplace los viejos recuerdos por el recuerdo de lo que le he dicho. Lo mismo que usted actuaba de acuerdo con sus viejos recuerdos, actúe ahora de acuerdo con el nuevo. No tenga miedo. Durante algún tiempo es forzoso que haya un conflicto entre lo viejo y lo nuevo, pero si usted se pone resueltamente del lado de lo nuevo, la lucha se acabará pronto y usted realizará el estado de ser uno mismo sin esfuerzo, de no ser engañado por deseos ni temores nacidos de la ilusión.

Int: Muchos Gurús tienen el hábito de dar prendas de su gracia —su turbante, o su bastón, o su escudilla de mendicante, o su túnica, transmitiendo o confirmando así la realización de sí mismos de sus discípulos. Yo no puedo ver ningún valor en tales prácticas. No es la realización de sí mismo lo que se transmite, sino la egoimportancia. ¿De qué utilidad práctica es que se diga algo muy halagador, pero que no es verdadero? Por una parte usted está advirtiéndome contra la multitud de los Gurús autoproclamados, por otra usted quiere que yo confíe en usted. ¿Por qué pretende usted ser una excepción?

Mah: Yo no le pido a usted que confíe en mí. Confíe en mis palabras y recuérdelas; yo quiero su felicidad, no la mía. Desconfíe de aquellos que ponen una distancia entre usted y su verdadero ser y se ofrecen ellos mismos como intermediarios. Yo no hago nada de tal. Ni siquiera hago promesas. Yo meramente digo: si usted confía en mis palabras y las pone a prueba, descubrirá por usted mismo cuan absolutamente verdaderas son. Si usted pide una prueba antes de aventurarse, yo solo puedo decir: yo soy la prueba. Yo confié en las palabras de mi maestro y las mantuve en mi mente y encontré que él estaba en lo cierto, que yo era, yo soy y yo seré la Realidad Infinita, que abarca todo, que transciende todo. Como usted dice, usted no tiene ni el tiempo ni la energía para unas prácticas prolongadas. Yo le ofrezco a usted una alternativa. Acepte mis palabras con confianza y viva como de nuevo, o bien viva y muera en la aflicción.

Int: Parece demasiado bueno para ser verdadero.

Mah: No se deje extraviar por la simplicidad del consejo. Son muy pocos los que tienen el coraje de confiar —solo los inocentes y los simples. Saber que usted es un prisionero de su mente, que usted vive en un mundo imaginario de su propia creación es el amanecer de la sabiduría. No querer nada de él, estar listo para abandonarlo enteramente es disposición. Solo una tal disposición, nacida de la verdadera desesperación, le hará a usted confiar en mí.

Int: ¿No he sufrido ya bastante?

Mah: El sufrimiento le ha embotado a usted, le ha vuelto incapaz de ver su enormidad. Su primera tarea es ver la aflicción en usted y alrededor de usted; la siguiente es anhelar intensamente la liberación. La intensidad misma del anhelo le guiará a usted; usted no necesita ninguna otra guía.

Int: El sufrimiento me ha embotado, me ha vuelto indiferente incluso hacia el sufrimiento mismo.

Mah: Quizás no ha sido la aflicción sino el placer lo que le ha embotado a usted. Investigue.

Int: Sea cual sea la causa, estoy embotado. No tengo ni la voluntad ni la energía.

Mah: Oh, no. Usted tiene suficiente para el primer paso. Y cada paso generará suficiente energía para el siguiente. La energía viene con la confianza y la confianza viene con la experiencia.

Int: ¿Está bien cambiar de Gurú?

Mah: ¿Por qué no cambiar? Los Gurús son como los postes indicadores. Es natural proseguir de uno a otro. Cada uno le dice a usted la dirección y la distancia, mientras que el sadguru, el Gurú eterno, es el camino mismo. Una vez que usted se da cuenta de que el camino es la meta y de que usted está siempre en el camino, no para alcanzar una meta, sino para gozar de su belleza y de su sabiduría, la vida deja de ser un trabajo y deviene natural y simple, un éxtasis en sí misma.

Int: Así pues, ¿no hay ninguna necesidad de culto, ni de rezos, ni de practicar ningún Yoga?

Mah: Un poco de barrido, de lavado y de baño diario no puede hacer ningún daño. La autopresenciación de sí mismo le dice a usted en cada paso lo que se necesita hacer. Cuando se ha hecho todo, la mente queda en quietud.

Ahora usted está en el estado de vigilia, una persona con nombre y forma, gozos y aflicciones. La persona no estaba aquí antes de que usted naciera, ni estará aquí después de que usted muera. En lugar de luchar con la persona para hacerla devenir lo que no es, ¿por qué no ir más allá del estado de vigilia y abandonar la vida personal completamente? Ello no significa la extinción de la persona; solo significa verla en la perspectiva correcta.

Int: Una pregunta más. Usted ha dicho que antes de nacer yo era uno con el ser puro de la realidad; si es así, ¿quién decidió que yo naciera?

Mah: En realidad usted no ha nacido nunca y nunca morirá. Pero ahora usted imagina que usted es, o que usted tiene un cuerpo y pregunta qué ha producido este estado. Dentro de los límites de la ilusión la respuesta es: el deseo nacido de la memoria le atrae a usted a un cuerpo y le hace pensar que usted es uno con él. Pero esto es verdadero solo desde el punto de vista relativo. De hecho, no hay ningún cuerpo, ni un mundo que lo contiene; hay solo una condición mental, un estado semejante al sueño, fácil de disipar cuestionando su realidad.

Int: Después de que usted muera, ¿vendrá usted nuevamente? Si vivo suficiente, ¿le encontraré a usted de nuevo?

Mah: Para usted el cuerpo es real, para mí no hay ninguno. Yo, como usted me ve, existo solo en su imaginación. Ciertamente, usted me verá de nuevo, si me necesita y cuando me necesite. Eso no me afecta, como el Sol no es afectado por sus salidas y sus puestas. Debido a que no es afectado, es cierto que está aquí cuando se necesita.


A usted le atrae el conocimiento, a mí no. Yo no tengo ese sentido de inseguridad que le hace a usted ansiar conocer. Yo soy curioso, como es curioso un niño. Pero no hay ninguna ansiedad que me haga buscar refugio en el conocimiento. Por lo tanto, yo no estoy interesado en si renaceré o en cuanto durará el mundo. Todas éstas son preguntas que nacen del temor.

Extraído do livro YO SO ESO - Conversaciones con Sri Nisargadatta Maharaj, p. 83

"Nenhum Teósofo, do menos instruído ao mais culto, deve pretender a infalibilidade no que possa dizer ou escrever sobre questões ocultas" (Helena P. Blavatsky, DS, I, pg. 208). A esse propósito, o Conselho Mundial da Sociedade Teosófica é incisivo: "Nenhum escritor ou instrutor, a partir de H.P. Blavatsky tem qualquer autoridade para impor seus ensinamentos ou suas opiniões sobre os associados. Cada membro tem igual direito de seguir qualquer escola de pensamento, mas não tem o direito de forçar qualquer outro membro a tal escolha" (Trecho da Resolução aprovada pelo Conselho Geral da Sociedade Teosófica em 23.12.1924 e modificada em 25.12.1996.

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