quinta-feira, 29 de janeiro de 2015

Pintura de Arco Iris, por Tulku Urgyen Rimpoche

EL PUNTO VITAL

... En el Akanishtha simbólico, el Buda del dharmakaya Samantabhadra se manifestó por el sonido espontáneo del dharmata y enseñó los tantras de Dzogchen. Vajrasattva fue el Buda que transmitió las enseñanzas de Dzogchen al primer vidyadhara humano, que recibió los 6.400.000 tantras de Dzogchen. Garab Dorje los condensó a todos dentro de tres expresiones llamadas las Tres Expresiones que Golpean en el Punto Vital – reconoce tu propia naturaleza, decídete en un punto, y gana confianza en la liberación

La primera de estas tres expresiones los instruye a “Reconocer su propia naturaleza” – la naturaleza de Buda misma, que es ‘cognición vacua difundida con presencia’. Esta naturaleza es vacía en esencia aunque naturalmente cognoscente. Estos dos aspectos son indivisibles, y a esta unidad también se la llama capacidad ilimitada. Reconocer su propia naturaleza por lo que es, es la primera de las tres expresiones de Garab Dorje.

La naturaleza de Buda, en sí misma, es la base misma o la fuente de la cual se originan todos los mundos y los seres vivientes. Todo lo que aparece y existe proviene de ella. ¿Cómo describimos a la naturaleza de Buda? Es vacía en esencia y cognoscente por naturaleza, y su capacidad está ‘difundida con la presencia auto-existente’. Esta es la base universal de la cual surge todo. No cae dentro de cualquier categoría, tal como una entidad que existe o no existe. La afirmación de que la naturaleza de Buda es una ‘cosa’ que existe, es incorrecta. No es una cosa concreta con características distinguibles; en cambio, está extendida de par en par y es indefinible, como el espacio. Sin embargo, no pueden pretender que es inexistente, que no hay naturaleza de Buda alguna, porque esta naturaleza es la base misma o la fuente de todo lo que aparece y existe. De modo que la naturaleza de Buda no cae dentro de cualquier categoría tal como el ser o el no-ser. Tampoco no encaja en la categoría llamada ‘más allá del ser y del no-ser’: también, está más allá de esa formulación.

Se dice que la naturaleza de Buda se asemeja al espacio. ¿Podemos decir que el espacio existe? ¿Podemos decir que no? No podemos, porque el espacio mismo no cumple con cualquiera de tales ideas. Los conceptos elaborados acerca del espacio son meramente conceptos. El espacio, en sí mismo, está lejos de cualquier idea que podamos sostener acerca de él. La naturaleza de Buda es de esa manera. Si dicen que el espacio existe, ¿pueden definirlo como una entidad existente concreta? Pero decir que no hay espacio es incorrecto, porque el espacio es lo que acomoda todo – el mundo y los seres. Y si pensamos que el espacio es eso que está más allá del ser y el no-ser, ese no es el espacio realmente, es sólo nuestro concepto de él. Así que, el primer punto de Garab Dorje es reconocer nuestra propia naturaleza y conocer como esta naturaleza es, no como nuestra versión conceptual de ella sino en la realidad.

Esta naturaleza de Buda de nosotros, que está libre primordialmente de los dos extremos del ser y del no-ser, se describe con la palabra ‘unidad’. ¿Qué significa unidad en este contexto? Ahora mismo, las formas visuales, sonidos y aromas y así sucesivamente están todos presentes en nuestra experiencia. Si la naturaleza de Buda fuera inexistente, tales experiencias no habrían podido tener efecto. Pero si decimos que la naturaleza de Buda existe, entonces ¿qué es aquello que experimenta? ¿Pueden señalarlo con precisión? No pueden, porque está vacía de toda identidad, ¿correcto? Siendo así, no hay limitación para estas dos – el percibir y el ser vacía. En tanto que percibe, la naturaleza de Buda está vacía de un perceptor, al mismo tiempo que está vacía, todavía hay experiencia. Busquen al perceptor, no hay ‘algo’ para hallar. No hay barrera entre las dos. Si fuera una o la otra debería haber o un perceptor concreto que permaneciese siempre, o un vacío absoluto. En cambio, al mismo tiempo que una vívida percepción tiene efecto, aquello que percibe es totalmente vacuo. Esto se llama la unidad de la experiencia y la vacuidad, o la unidad de la presencia y la vacuidad.

El hecho de la experiencia elimina el extremo de la nadidad, mientras el hecho de que es vacua elimina el extremo de una existencia concreta. De esta manera, podemos decir que la existencia y la no-existencia son una unidad. Esta unidad no es algo que podamos proyectar intelectualmente, que es el porque se llama ‘el punto de vista más allá de los conceptos’. Oímos que el punto de vista se describe como eseidad – ‘exactamente eso’, simplemente tal como es. La naturaleza de Buda no es idéntica al espacio, que es incapaz de percepción. ¿No estamos de acuerdo en que hay experiencia? Esta base para la experiencia es la cualidad cognoscente. ¿Pueden estos dos aspectos – vacía en esencia y cognoscente por naturaleza – ser separados? Sino, eso significa que son una unidad. Esta unidad es lo que deberíamos reconocer cuando reconozcamos nuestra naturaleza de Buda. Ver este hecho es lo que Garab Dorje quiso decir cuando dijo “reconoce tu propia naturaleza.”

[...] Este es en realidad aquí el punto clave: el pensamiento de la mente dualista surge o tiene efecto como la expresión de la presencia no- reconocida. Una vez que reconocen esta presencia básica, el despliegue de los pensamientos pierde todo el poder y se disuelve simplemente dentro de la expansión de la naturaleza de Buda. Esta es la razón básica de reconocer la esencia de la mente.

¿De donde proviene un pensamiento? Sólo ocurre como el despliegue (desdobrar) de su naturaleza; no proviene de cualquier otra fuente. Miren en este asunto por un billón de años, y nunca verán un pensamiento salir de afuera de la tierra, el agua, el fuego o el aire. De modo que, ¿no podemos concluir que la base para cada experiencia son nuestras propias mentes? ¿no es sólo la mente la que conoce? Aquello que conoce es, en esencia, vacuo. Es cognoscente por naturaleza, y su capacidad es ilimitada. Traten de ver esto por ustedes mismos y entiendan que es así como su esencia es.

De modo que, ¿qué es reconocido, cuando decimos ‘reconocer’? Significa ver que la naturaleza de la mente es cognición vacua ilimitada. Dense cuenta que esta es la condición real de las cosas como en realidad son, no sólo como parecen. La forma aparente es creada por nuestros pensamientos fijos y rígidos normales habituales.

En el comienzo, el reconocimiento genuino de la naturaleza de la mente es sólo un breve momento, pero en verdad está libre de pensamiento.  La realización última, se consigue a través de repetir el momento breve del reconocimiento muchas veces. Cuando el reconocimiento dure continuamente a lo largo del día hemos alcanzado el nivel de un bodhisattva. Cuando dure ininterrumpidamente, día y noche, hemos logrado la budeidad.

Un signo de haberse entrenado en rigpa, el estado despierto, es simplemente que el pensamiento conceptual, que es el opuesto de rigpa, crece menos y menos. La brecha entre los pensamientos se hace más larga y ocurre más y más frecuentemente. El estado de presencia sin fabricar, que los tantras llaman el ‘instante continuo de no- fabricación’, se hace más y más prolongado. Esta continuidad de rigpa no es algo que tengamos que mantener deliberadamente. Debería ocurrir espontáneamente al haberse familiarizado más con ella. Una vez que nos acostumbramos al estado genuino del rigpa sin fabricar, automáticamente comenzará a durar más y más tiempo. Todas las grandes cualidades de la budeidad – la sabiduría, la compasión, y la capacidad para beneficiar a los demás – todas surgen de esta cualidad despierta original.

Si quieren más detalles, pueden leer el ‘Tripitaka’ entero, los comentarios de los maestros, los 100.000 tantras Nyingma y así sucesivamente. El único propósito de Buda para dar enseñanzas es habilitarnos para reconocer nuestra vacía, naturaleza cognoscente, entrenarnos en ella y lograr estabilidad. Un gorrión (pardal) gorjea de la misma manera cada día. Mi enseñanza siempre es la misma. Gorjeo un día y en el día siguiente hago precisamente el mismo gorjeo.

Texto selecionado para estudo em Loja em 28.01.15

"Nenhum Teósofo, do menos instruído ao mais culto, deve pretender a infalibilidade no que possa dizer ou escrever sobre questões ocultas" (Helena P. Blavatsky, DS, I, pg. 208). A esse propósito, o Conselho Mundial da Sociedade Teosófica é incisivo: "Nenhum escritor ou instrutor, a partir de H.P. Blavatsky tem qualquer autoridade para impor seus ensinamentos ou suas opiniões sobre os associados. Cada membro tem igual direito de seguir qualquer escola de pensamento, mas não tem o direito de forçar qualquer outro membro a tal escolha" (Trecho da Resolução aprovada pelo Conselho Geral da Sociedade Teosófica em 23.12.1924 e modificada em 25.12.1996.

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